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    Biden sube los aranceles a productos chinos: 5 claves

    El anuncio de los nuevos aranceles, que es probable que incremente las tensiones entre las dos mayores economías del mundo, llega en medio de un pulso entre las campañas de Biden y Trump para mostrar cuál es el candidato "más duro con China".
    Publicado 14 May 2024 – 07:23 AM EDT | Actualizado 14 May 2024 – 10:09 AM EDT
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    El presidente Joe Biden anunció este martes nuevos aranceles sobre importaciones chinas por valor de $18,000 millones, con los vehículos eléctricos como el sector más afectado, con gravámenes que pasan del 25% al 100%.

    Los nuevos aranceles afectan a sectores descritos por la Casa Blanca como "vitales para el futuro económico y la seguridad nacional de Estados Unidos", y entre ellos figuran el acero, el aluminio, los semiconductores, los vehículos eléctricos, las baterías, los es solares, las grúas de descarga de buques y los productos médicos.

    El anuncio se produce en plena campaña para las elecciones de noviembre y en un momento en el que Biden, a pesar de haber abierto un diálogo con Pekín, alejarla del expresidente Donald Trump.

    Y China no tardó en responder que la medida "afectará de forma grave" a las relaciones entre los dos países, según dijo el ministro de Comercio del país asiático en un comunicado.

    Estas son algunas claves de los aranceles anunciados este martes en un comunicado de la Casa Blanca:

    1. Biden impone a los autos eléctricos chinos un arancel del 100%

    El arancel más contundente afecta a los vehículos eléctricos y pasará del 25% al 100% este año.

    Ese enorme incremento responde al sustancial aumento de las exportaciones de vehículos eléctricos de China a Estados Unidos, que crecieron un 70 % entre 2022 y 2023, algo que Washington percibe como una amenaza para el desarrollo del mercado interno de estos automóviles.

    Biden quiere que hasta dos tercios de los nuevos coches vendidos en Estados Unidos sean eléctricos en 2032 y, para ello, ha impulsado diferentes programas para incentivar su producción.


    Otra subida arancelaria significativa recae sobre las baterías utilizadas en los vehículos eléctricos, un mercado que China controla en un 80% gracias a su dominio en la minería, procesamiento y refinado de minerales críticos.

    En concreto, según la Casa Blanca, los gravámenes sobre las baterías de iones de litio pasarán del 7.5 % al 25 % este año, mientras que el arancel sobre las baterías de iones de litio no destinadas a vehículos eléctricos aumentará del 7.5% al 25 % en 2026.

    El arancel sobre las piezas de baterías pasará del 7.5 % al 25 % este año, y el de grafito natural e imanes permanentes pasará del 0% al 25% en 2026. Por último, el arancel para otros minerales críticos subirá del 0% al 25% en 2024.

    2. Biden sube los aranceles a es solares, semiconductores y productos médicos de China

    En el área de la energía limpia, también aumentarán los aranceles sobre los es solares, que pasarán este año del 25% al 50%. El mismo incremento sufrirán los semiconductores, aunque en ese caso la subida se realizará en 2025.

    Esa subida tiene como objetivo impulsar la producción nacional de semiconductores, respaldada por una inversión de $53,000 millones que aprobó el Congreso en 2022 y que busca evitar los incrementos de precio que se vivieron durante la pandemia en sectores como el automovilístico y el de los electrodomésticos.

    La Casa Blanca también anunció aranceles sobre las grúas de descarga de buques, que pasarán del 0% al 25% este año, y sobre productos médicos. En este último caso, los gravámenes sobre jeringas y agujas ascenderán del 0% al 50% en 2024, mientras que los aranceles pasarán del 0 o el 7.5% al 25% para productos de protección personal como respiradores y mascarillas. Además, los guantes médicos y quirúrgicos de goma verán incrementados sus aranceles del 7.5 % al 25% en 2026.

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    3. Cómo pueden afectar los aranceles a los consumidores estadounidenses

    Es poco probable que los aranceles tengan un gran impacto inflacionario debido a su estructura: se introducirán gradualmente a lo largo de los próximos tres años.

    Las que entrarán en vigor en 2024 cubrirán los vehículos eléctricos, las células solares, las jeringas, las agujas, el acero y el aluminio, y más. Actualmente, hay muy pocos vehículos eléctricos de China en Estados Unidos, pero a los funcionarios les preocupa que los modelos de bajo precio posibles gracias a los subsidios del gobierno chino pronto puedan comenzar a inundar el mercado estadounidense.

    Los nuevos aranceles, al menos inicialmente, son en gran medida simbólicos, ya que se aplicarán solo a unos 18,000 millones de dólares en importaciones. Un nuevo análisis de Oxford Economics estima que los aranceles, que se implementarían con el tiempo, tendrán un impacto apenas perceptible en la inflación, al aumentarla solo un 0.01%.

    Las empresas chinas pueden vender vehículos eléctricos por tan solo 12,000 dólares. Sus plantas de células solares y fábricas de acero y aluminio tienen capacidad suficiente para satisfacer gran parte de la demanda mundial, y los funcionarios chinos argumentan que su producción mantiene los precios bajos y ayudaría a una transición a la economía verde.

    Lael Brainard, directora del Consejo Económico Nacional de la Casa Blanca, dijo que los aranceles elevarán el costo de productos chinos seleccionados y ayudarán a frustrar los esfuerzos de Pekín por dominar el mercado de tecnologías emergentes de maneras que plantean riesgos para la seguridad nacional y la estabilidad económica de Estados Unidos.

    “China es simplemente demasiado grande para seguir sus propias reglas”, dijo Brainard a los periodistas en una llamada telefónica del lunes antes del anuncio.

    No está claro cuál podría ser el impacto a largo plazo sobre los precios si los aranceles contribuyen a una disputa comercial más amplia.

    4. En qué se diferencia la estrategia de Biden sobre China de la de Trump

    Las profundas divisiones en el electorado de Estados Unidos de cara a las presidenciales de noviembre parecen tener una excepción en la idea de ser duros con China. Algo en lo que de alguna manera tanto Joe Biden como Donald Trump tienen estrategias que se solapan pero son en esencia diferentes.

    En su comunicado, la Casa Blanca intentó trazar una distinción entre sus gravámenes, dirigidos específicamente a sectores en los que Biden ha invertido, y los "aranceles indiscriminados" que, en su opinión, Trump impuso cuando era presidente.

    Durante su mandato, Trump aplicó aranceles sobre productos chinos valorados en cientos de miles de millones, a lo que Pekín respondió con más gravámenes, desencadenando una guerra comercial que tuvo consecuencias negativas para el crecimiento global.


    Biden considera que se necesitan aranceles específicos para defender industrias y trabajadores clave, mientras que Trump ha amenazado con aranceles amplios del 10% contra todas las importaciones de rivales y aliados por igual.

    El presidente Biden ha apostado su legado a que Estados Unidos adelante a China en tecnologías de energías limpias como una forma de crear empleo de calidad, avanzar en el desarrollo tecnológico y combatir el cambio climático.

    Trump les dice a sus seguidores que Estados Unidos se está quedando aún más atrás de China al no apostar al petróleo para seguir impulsando la economía, a pesar de los riesgos del cambio climático. El expresidente puede creer que los aranceles pueden cambiar el comportamiento chino, pero cree que Estados Unidos dependerá de China para los componentes de vehículos eléctricos y las células solares.

    “El plan económico de Joe Biden es enriquecer a China y empobrecer a Estados Unidos”, dijo en un mitin a principios de este mes en Wisconsin.

    5. Cómo puede responder China

    La istración Biden considera que con los subsidios a su propia fabricación China intenta controlar globalmente los sectores de vehículos eléctricos y energía limpia, mientras que dice que su propio apoyo industrial está orientado a garantizar el suministro interno para ayudar a satisfacer la demanda estadounidense.

    "No buscamos tener el dominio global de la manufactura en estos sectores, pero creemos que, debido a que se trata de industrias estratégicas y en aras de la resiliencia de nuestras cadenas de suministro, queremos asegurarnos de que tengamos empresas saludables y activas", dijo la secretaria Janet Yellen.

    Aunque el gobierno se mostró inicialmente convencido de que los aranceles no aumentarán las tensiones con China, Pekín no parecía estar muy de acuerdo ya que la primera reacción de su ministerio de Comercio fue señalar que afectarán "gravemente" a las relaciones entre ambos países.

    "Esto afectará gravemente a la atmósfera bilateral de cooperación", señala el comunicado ministerial en el que además el gobierno de Xi Jinping llama a EEUU a "rectificar inmediatamente estas erradas acciones y cancelar las tarifas adicionales impuestas a China".

    Y es que en Pekín sostienen que los aranceles violan las reglas comerciales globales que Estados Unidos ayudó a establecer originalmente a través de la Organización Mundial del Comercio.

    Antes, el portavoz de la embajada china, Liu Pengyu, ya había rechazado el anuncio diciendo: "A pesar de su declarada voluntad de fortalecer la cooperación con China en materia de cambio climático, Estados Unidos ha estado exagerando la llamada 'sobrecapacidad' en el nuevo sector energético de China y prometiendo imponer aumentos adicionales de aranceles a los vehículos eléctricos y productos solares chinos", dijo Liu. "Esto es contraproducente".

    La economía china se ha visto desacelerada por el colapso del mercado inmobiliario del país y los bloqueos pandémicos anteriores, lo que llevó al presidente chino Xi Jinping a intentar impulsar el crecimiento aumentando la producción de vehículos eléctricos y otros productos, ganando más de lo que el mercado chino puede absorber.

    Esta estrategia exacerba aún más las tensiones con un gobierno estadounidense que afirma estar decidido a fortalecer su propia fabricación para competir con China y, al mismo tiempo, evitar un conflicto mayor.

    "La recuperación liderada por las fábricas de China y el débil crecimiento del consumo, que se están traduciendo en un exceso de capacidad y una búsqueda agresiva de mercados extranjeros, junto con la inminente temporada electoral en Estados Unidos, suman una receta perfecta para escalar las fricciones comerciales de Estados Unidos con China", dijo Eswar Prasad, profesor de política comercial de la Universidad de Cornell.

    La producción china de vehículos eléctricos y otros productos ecológicos “está llegando a ser vista por Estados Unidos como un juego de suma cero en el que China juega el papel de saboteador que podría obstaculizar la reactivación de la fabricación estadounidense”, dijo Prasad.

    Las tensiones van mucho más allá de una disputa comercial y llegan a cuestiones más profundas sobre quién lidera la economía mundial como una nación aparentemente indispensable. Las políticas de China podrían hacer que el mundo dependa más de sus fábricas, dándole posiblemente una mayor influencia en geopolítica. Al mismo tiempo, Estados Unidos dice que está buscando que los países operen con los mismos estándares para que la competencia pueda ser justa.

    Con información de EFE y AP.

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