EEUU debe decidir si entrega fondos para polémico plan de seguridad en México

WASHINGTON, DC.- “Estoy aquí para exigirle a Peña Nieto que me regrese a mi hijo”, dijo Antonio Tizapa, uno de los participantes en una manifestación en el exterior de la Casa Blanca en Washington. Colgada del cuello llevaba una imagen de su hijo Jorge Antonio, uno de los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa desaparecidos en México el 26 de septiembre de 2014.
En el interior, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, acababa de terminar su rueda de prensa con su homólogo mexicano, el presidente Enrique Peña Nieto, con el que se reunió este viernes a puertas cerradas en el que probablemente será el último encuentro oficial de los dos como jefes de Estado.
“Anoche le mandé un mensaje a Obama diciéndole que si recibe a Peña Nieto, también puede recibir al padre de uno de los 43 desaparecidos”, insiste Tizapa, visiblemente afligido. La última vez que vio a su hijo tenía solo 19 años.
Bajo un intenso sol y unas temperaturas que alcanzaron los 92 grados Fahrenheit con una sensación térmica de 100, este hombre nacido en el estado de Guerrero y afincado en los EEUU desde el año 2000, vino desde Nueva York para manifestar su inconformidad con la reunión. A la 1 de la tarde ya llevaba dos horas al sol, con una gorra para protegerse.
Plan Mérida y venta de armas
La reunión se produce antes de que Estados Unidos apruebe los fondos anuales para la ayuda oficial a la denominada “guerra con las drogas”, lanzada en el 2008 como Plan Mérida. El Departamento de Estado debe tomar una decisión al respecto antes del 30 de septiembre. Pero un 15% de estos fondos dependen de que México mejore su respeto a los derechos humanos.
Y un informe de 23 páginas enviado hace una semana al Departamento de Estado por parte de siete organizaciones de derechos humanos en Estados Unidos y México señala que el país no cumple con los requisitos.
De hecho, el año pasado por primera vez el Departamento de Estado retuvo $5 millones de dólares de los fondos anuales previstos para este plan. El total para ese año era de $148 millones.
Parte de la reunión de presidentes se centró por lo tanto en la lucha contra el tráfico de drogas y en particular de la heroína, consumida en EEUU. En este marco, Peña Nieto anunció la creación de un “grupo de alto nivel para combatir el cultivo de amapola”.
Pero según la organización pacifista del Comité de Amigos (American Friends Service Committee), en el marco de la guerra contra el narcotráfico en México han muerto 164,000 personas. Y según esta misma organización, desde su lanzamiento en 2008 la iniciativa Mérida le ha costado a EEUU $2,000 millones.
Por otra parte, desde que Peña Nieto tomó el poder en 2012, EEUU le ha vendido legalmente armas por un valor de $3.5 mil millones. Alrededor de la mitad eran ventas de gobierno a gobierno.
Inmigración
En cuanto a la inmigración, en la rueda de prensa, Obama reconoció el papel que México está jugando con el Plan Frontera Sur. “Si no fuera por el duro trabajo que realiza México para fortalecer su frontera sur y su cooperación con nosotros, el problema estaría peor”, dijo el presidente.
Pero el endurecimiento del control fronterizo entre México y Guatemala frente a la denominada “crisis de los niños migrantes” en el verano de 2014 se traduce en la práctica por una militarización de la frontera, según denuncian algunas organizaciones. Esto obliga a los migrantes a tomar rutas más peligrosas sin que haya una verdadera preocupación por proteger sus derechos y los de las personas que huyen de niveles altos de violencia en Honduras y El Salvador.
L a Casa Blanca anunció que EEUU y México tienen planeado desarrollar un “programa de entrenamiento para el Instituto Nacional de Inmigración que iniciará en el 2017.” Dicho entrenamiento “aumentará la capacidad del INM de identificar a poblaciones vulnerables en línea con estándares internacionales”.
Y las organizaciones de defensa de los inmigrantes insisten en la necesidad de una asistencia que ofrezca una protección real a los migrantes centroamericanos en México. Entre otras cosas, desde diciembre de 2015 en el estado fronterizo de Chiapas varios migrantes detenidos se han suicidado en centros de detención al saber que iban a ser deportados a su país de origen.
Donald Trump
De cara a las elecciones en EEUU, Enrique Peña Nieto afirmó que no va a incidir en el proceso electoral de EEUU y que “México trabajará de manera constructiva y de buena fe con quien sea electo”.
Mientras tanto, afuera de la Casa Blanca y vigilada por policías, Carmen, una mexicana de la Ciudad de México, vino desde Filadelfia para mostrar su rechazo a la situación que vive el país que dejó hace 17 años para buscar una vida mejor. Hizo hincapié en el Acuerdo Trans Pacífico de Cooperación Económica (TPP por sus siglas en inglés) entre México, EEUU y Canadá entre otros temas. Sus reclamos no tenían fin.
Estuvo allí varias horas al sol con un sombrero de paja en la cabeza, repartiendo folletos en solidaridad a las 12 personas muertas en manos de policías al manifestarse en contra de la reforma educativa en el estado de Oaxaca el mes pasado. A la vez iba pidiendo firmas a favor de una investigación sobre el caso de los 43 desaparecidos.
Acerca de la candidatura de Donald Trump dijo: “Yo voy a Atlantic City. Allí están los casinos de Donald Trump. ¿Sabe cuánto les pagan a los que limpian sus casinos? Menos del salario de mínimo. Sin prestaciones. A mí no me da miedo Donald Trump. Pero sí me da vergüenza.”